jueves, julio 06, 2006

Tragedia en Valencia

Vino a España para trabajar y poder enviar dinero a su familia.
Se levantó como cualquier otro día y fue a la casa en la que trabajaba por las mañanas como asistenta del hogar. Cumplió sus horas y se fue.
Iba de camino al metro cuando le llamó su jefa: "Te has dejado olvidado algo en mi casa". Tuvo que volver. Cogió lo que había olvidado y fue al metro. Allí se encontró con una amiga y hablaron un buen rato. Vino su metro, pero lo dejó pasar para seguir hablando con su amiga. Cogió el siguiente y... antes de llegar a la parada de "Jesús", el metro descarriló y murió, junto con otras 41 personas el 4 de Julio de 2006.

Pocos meses antes conoció al Señor y asistía regularmente y con mucho entusiasmo a una conocida iglesia evangélica de Valencia.

¿Quién le iba a decir que conocería al Señor en Valencia?... ¿Quién le iba a decir que pasaría a la presencia del Señor con 36 años en un trágico accidente?...

Ella no tendría que haber cogido ese metro. Nunca lo cogía a esa hora pero... ese día fue distinto.
Lo que es cierto es que no tendría que haber ocurrido esto. El sistema de seguridad de esta línea de metro es 40 veces más económico que el de Madrid, Barcelona o Bilbao. Allí no hubiese ocurrido, pero aquí... pasó. Y se cobró la vida de 42 personas y muchísimo dolor a todos sus familiares y amigos.

En el funeral (católico) por las víctimas, el Obispo de Valencia emuló las palabras de Benedicto XVI cuando visitó un campo de concentración y dijo:

“Una pregunta viene una y otra vez a nuestra mente y a nuestro corazón: ¿Por qué Señor ha tenido que ocurrir esta desgracia? Siempre surge de nuevo la pregunta: ¿Dónde está Dios en ese momento? ¿Por qué permaneció callado? ¿Cómo pudo tolerar este exceso de destrucción, este triunfo del mal?” Ante ello, “nosotros no podemos comprender el secreto de Dios. Sólo vemos fragmentos y nos equivocamos si queremos hacernos jueces de Dios y de la historia. Humanamente lo único que podemos decir es que la vida del hombre es frágil. Es un misterio. Ante el misterio de la muerte sucumbe la razón humana. No lo comprendemos.”

¿Sabes qué me pregunto yo?... ¿Dónde estaban las medidas de seguridad necesarias para evitar esta catástrofe?...

Aprovecho para pediros que oréis por las familias que han dejado estas víctimas, y también por los hijos de esta hermana (que viven en Colombia).

2 comentarios:

Jaaziel dijo...

Lo haré, hermano

Converso dijo...

Estaremos orando.