sábado, marzo 22, 2008

Perdidos en... una isla

Parece mentira, pero han pasado más de 4 meses desde la última vez que dejé algo escrito...
Cuando uno era estudiante (aún lo sigo siendo a "tiempo parcial") podía dedicar bastantes horas frente al ordenador. Ahora sigo pasándolas, pero en horario laboral: cartas, facturas, asientos, remesas, e-mails a clientes, pedidos a proveedores, informes de ventas,...

El último día de trabajo tuve una "auditoria interna" y "revisión de la dirección". Para los conocedores de los sistemas de gestión de calidad sabréis de qué trata todo esto. Para los que no, os sonará a chino... El caso es que me pasé todo el día "defendiendo" nuestro sistema de calidad de la empresa... fue uno de esos días en los que no pude parar ni para desayunar pero... al día siguiente había premio!!

Mi mujer y yo nos fuimos a pasar unos días de descanso a Mallorca. Una isla cercana a mi ciudad (apenas tardamos 30 minutos con el avión). Huimos de los petardos, mascletas y "despertas" falleras (ya habíamos disfrutado suficiente de las fallas), y nos fuimos a una isla con verdaderos rincones paradisiacos.

Para una persona como yo, nacida en el mediterraneo (no te preocupes que no voy a ponerme a cantar la canción de Serrat ;-) ) y con una infancia plagada de vacaciones en la costa disfrutando de buenos baños y del buceo (al que ahora, para estar al día, hay que llamar "esnórkel"), ir a una isla con preciosas calas, arena blanca y agua cristalina, ha sido todo un gusto.

Mi mujer y yo teniamos el objetivo de desconectar. Desconectar de trabajo, desconectar de ir todo el día de aquí para allá mirando el reloj, y... ¡lo hemos conseguido!