viernes, septiembre 08, 2006

Un regalo de cumpleaños


Durante el año suelo leer bastantes libros de ensayo y estudio cristianos. Buenos libros y de bastante nivel. Pero la verdad es que a veces te apetece simplemente leer una novela, o una biografía (¡me encantan!), y que además sean de autores cristianos.
Uno siempre puede escoger en cualquier librería de la ciudad novelas para todos los gustos y de gran calidad (uno de mis autores favoritos es Gabriel García Márquez), pero dentro de la literatura cristiana, es más complicado, ¿por qué?... Pues porque aparte de que no hay tanta variedad, tampoco hay tanta calidad. Muchos de las novelas cristianas que nos llegan a España (la gran mayoría) son traducciones pésimas desde el inglés.

A primeros del mes de agosto fue mi cumpleaños. Uno de los regalos que me hizo mi chica fue un libro. La verdad es que me encantan que me regalen libros (no es muy habitual que me los regalen, pero yo siempre me empeño en decir que un buen libro es un gran regalo para mi). El libro que me regaló fue “El Contrabandista de Dios”.
Seguro que os suena el libro. Es uno de estos “clásicos” de la literatura evangélica. Un libro muy conocido y vendido que, a modo casi de biografía, trata de la vida y ministerio del “Hermano Andrés”, un creyente que a mediados del siglo XX decidió llevar Biblias a las iglesias de los países con regímenes comunistas. Era una época donde muchas de las iglesias de estos países apenas tenían una Biblia (¡o ninguna!) para toda la congregación.

Me gusta leer este tipo de libros. Son inspiradores. Conoces como personas como tu y como yo, con sus debilidades y sus aciertos pero entregados a la voluntad del Señor, viviendo una vida plena y llena. Una “calidad de vida” que no se mide por cuanto tienes, sino por quien eres: una persona salvada y adoptada por Dios mismo.

De este libro me gusta mucho el detalle de que no se mete en temas políticos. Se ciñe a lo práctico y no cae en la demonización que se hace desde el neoconservadurismo capitalista agresivo. Los sistemas totalitarios son nefastos, sean del color político que sean. Pero, a diferencia de lo que harían típicos autores cristianos norteamericanos, que aprovecharían para predicar acerca de los males del “diabólico comunismo”, aquí no se enreda en estos asuntos. La tarea del hermano Andrés no era política, era evangélica: llevar las buenas noticias a aquellos que, por cuestiones políticas, tenían un difícil acceso a la Palabra de Dios.

Pero, sin duda, lo que mas me ha hecho pensar es el papel que se le da a la providencia de Dios. Sí, el Dios que provee (Jehová-Jireh – Gn 22:14).
Dice el hermano Andrés que nunca pedía dinero para su ministerio y su sostenimiento. Ni tan siquiera insinuaban nada, pero Dios proveía siempre conforme a todas sus necesidades. Esto es algo que deberíamos aprender mejor (también estos “ministerios cristianos” que nunca dejan de pedir dinero, a veces incluso de forma fraudulenta*).


* Nota: Esto de “fraudulento” lo digo por algo que vi hace bastante poco en un canal de TV cristiano. El predicador habló sobre las deudas. Una predicación entretenida (con muchas anécdotas y chistes) y el mensaje era correcto. Me pareció muy interesante el que se hablara de esto. Me quedé hasta el final y… ¿sabes qué pasó?... Con oraciones y un llamamiento con una bonita melodía de fondo, exhortaron a que todos aquellos telespectadores con deudas, se comprometieron con su programa a dar donativos durante tres meses. “Tres meses mínimo”. Esto sería una prueba de fe para romper con las deudas. Es decir, animaron a gente endeudada a que se endeudara aún más dándoles dinero a ellos. Esta manipulación de las personas intentando ampararse en ropajes bíblicos y pseudocristianos, es un tremendo fraude.